Taller de mediación artística para jóvenes
Antoni Solera y Alejandro Ocaña: «¿Cómo suena?»
Sábados, 7 y 14 de diciembre, de 11:30 a 12:30 h. Sala San Miguel de la Fundación Caixa Castelló (d’Enmig, 17. Castellón)
Entrada libre con reserva previa de asistencia gratuita pulsando aquí
¿Qué sonido tiene una estrella fugaz, una gota de agua en un océano vasto o las partículas de una nube que se desvanece en el aire?
Este taller de mediación artística invita a jóvenes a experimentar y jugar con el mundo de los sonidos no escuchados. Inspirados en la obra de José Antonio Orts y su exposición “Ones de llum i so” nos adentraremos en un recorrido donde cada participante se convierte en el director de su propia orquesta. A través de sus movimientos, los sonidos se activan o se silencian, transformando la percepción del espacio y los elementos que nos rodean.
En las esculturas de Orts, encontramos el eco de la naturaleza transformado en formas escultóricas que responden a la presencia humana, integrando poesía y sonido. Al adentrarse en este espacio, cada joven tendrá la oportunidad de observar y manipular cómo estos elementos se comportan y producen sonidos.
El taller será guiado por los artistas Antoni Solera y Alejandro Ocaña, quienes trabajan con técnicas de acción y espacio en proyectos de instalación para explorar el espacio y el sonido. Su enfoque aporta una perspectiva en la que los participantes pueden preguntarse y explorar el entorno auditivo, redescubriendo sonidos cotidianos e imaginando otros que solo existen en su mente.
Para este taller, Solera y Ocaña fusionan sus técnicas para guiar a los participantes en un viaje auditivo y sensorial. Con un enfoque en la experimentación, animan a los jóvenes a cuestionar y a repensar la relación entre el cuerpo y los sonidos naturales. Gracias a su experiencia en el arte de acción, invitan a los participantes a descubrir cómo incluso un pequeño gesto, un movimiento o la presencia misma pueden cambiar el sonido y, con ello, la percepción del espacio.
Su intervención en esta actividad va más allá de enseñar: buscan cultivar una sensibilidad hacia el entorno y un oído atento a los sonidos que suelen pasar desapercibidos.
Dirigido a público infantil (de 4 a 12 años), esta experiencia es una invitación a imaginar y crear paisajes sonoros donde la naturaleza se escucha de maneras nuevas y personales.